Tres meses de confinamiento sin poder atender a nuestro huerto.
El riego automático ha permitido que siga creciendo asalvajado.
Las acelgas y lechugas han empezado a espigar, las remolachas y ajos asoman por la tierra queriendo salir...y nuestro compost sigue su proceso en espera del aporte de agua.
Pronto podremos volver a cuidarlo como se merece.
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